Hay palabras cuyo género tiene que ver con la naturaleza de lo que designan, y lo más frecuente es que tengan alternancia de género. Los sustantivos con alternancia de género suelen seguir unos patrones:
- El masculino acaba en -o y el femenino en -a, como en muchacho/muchacha.
- El masculino acaba en -e y el femenino en -a, como en presidente/presidenta.
- El masculino no tiene marca y el femenino acaba en -a, como en autor/autora.
- El masculino y el femenino tienen palabras distintas; como hombre/mujer, padre/madre, caballo/yegua, yerno/nuera.
Hay algunas terminaciones menos comunes de femenino, como estas:
- -esa, como en abad/abadesa, alcalde/alcaldesa, príncipe/princesa.
- -triz, como en actor/actriz, emperador/emperatriz.
- -ina, como en héroe/heroína.
Otros sustantivos tienen la misma forma en masculino y en femenino, y solo se distinguen por el artículo o los adjetivos; por ejemplo, el pianista/la pianista; el guardia/la guardia.
Los sustantivos acabados en -ente son invariables porque derivan de un verbo y designan al que hace la acción. Así, el caminante es el que camina y el cantante el que canta. Si la cantante desafina, se sabe que es una mujer.
Para designar el sexo de muchos animales no se usan marcadores gramaticales de género, sino que se añade la palabra macho o hembra según sea el caso. Así, se habla del chimpancé macho y el chimpancé hembra, la cucaracha macho y la cucaracha hembra
Nota: Si un chimpancé macho y un chimpancé hembra se aparean, no tienen un chimpancé bebé sino una cría de chimpancé.